Gestionar las adaptaciones curriculares mediante las herramientas de programación didáctica

En la programación didáctica siempre nos ha preocupado,  y ahora nos sigue obsesionando, la forma de encajar y de enfocar las adaptaciones y ajustes curriculares ( significativas y no significativas) dentro de las herramientas que hemos ido elaborando, con el objeto de evitar lo que se observa en la mayoría de centros: la planificación de las adaptaciones curriculares se hace "de espaldas" a la programación de aula, y por tanto, se conciben como dos procesos paralelos, sin conexión entre ellos. De esa forma se produce una incomprensible separación que siembra la ineficacia en las medidas que se adoptan, de forma que esa descoordinación no solo no ayuda a superar las dificultades de aprendizaje de los alumnos, sino que las agrava: no tiene sentido  pedir a un alumno que tiene dificultades en un área determinada que siga el ritmo del resto de compañeros de su clase cuando se le aparta del grupo durante 3 ó 4 sesiones a la semana para un tratamiento individualizado que, normalmente, no está conectado con lo que trabaja el grupo clase en ese momento. 

Para superar esa ruptura proponemos tres medidas muy concretas: 

1º.- Que el aprendizaje de los alumnos que tienen dificultades se centre en los indicadores de logro que tienen una ponderación +.

2º.- Que para conseguir esos indicadores se diseñen situaciones que ofrezcan distintas alternativas para acceder al aprendizaje. De esa forma, no solo se beneficia al estudiante que tenga dificultades, sino que, además,  permite que cada alumno escoja aquella opción con la que va a aprender mejor.

2º.- Que el docente que tiene asignada el área o materia y los que intervienen como apoyo a ese docente usen la misma herramienta de programación  y evaluación. Solo cuando sea necesario se adaptará el indicador de logro mediante notas individuales que se incorporan en la herramienta.