9 jun 2020

Aprendizajes básicos para que todos puedan volar


Hace unos días me llamó la atención una entrada del blog Mantenlo simple. Allí cuenta que, durante la Segunda Guerra Mundial, los aliados querían mejorar sus aviones para que pudiesen superar los daños producidos por las balas de los cañones antiaéreos alemanes. Para ello hicieron un gráfico donde se recogían todos los impactos observados en los aviones que habían sido alcanzados por fuego enemigo (ver imagen). Su primera idea consistió en reforzar las zonas donde se encontraban los puntos rojos por considerar que eran las zonas más afectadas por la artillería enemiga, pensando que, de esa forma, los aviones podrían resistir mejor y durante más tiempo.
Un matemático, Abraham Wald, interpretó el gráfico de una forma radicalmente distinta: los puntos rojos del avión correspondían a impactos recibidos en aviones que regresaron a la base; por tanto, lo importante era asegurar y reforzar las zonas donde no había impactos, ya que los aviones que habían recibido un disparo en esas zonas (motores, cabina...) no habían regresado.
Termina diciendo que esta forma de abordar los problemas se denomina "sesgo de supervivencia" y consiste, entre otras cosas, en ser consciente de que lo letal es aquello que no se observa y que los fracasos nos pueden enseñar tanto o más que los éxitos.
Creo que esta historia puede convertirse en una metáfora potente para explicar lo que ocurre con los aprendizajes que un alumno adquiere a lo largo de su escolarización.
El currículo es muy amplio, está sobredimensionado y, además, no discrimina lo importante de lo accesorio. A partir de esa realidad, y después de varios años de práctica, cada docente consolida su propio mapa de contenidos, basado en las experiencias vividas, en sus afinidades y preferencias y, sobre todo, en los resultados que ha obtenido en los distintos grupos de alumnos, donde ha visto reflejada su idea. 
Al igual que ocurrió en el caso del avión, para elaborar ese mapa de contenidos se tiene en cuenta a los alumnos que terminan con éxito su escolaridad y se prenscinde de los alumnos que, por diversas causas, han repetido curso, se les ha hecho adaptaciones curriculares, han recibido apoyos fuera del aula...
De esa forma se asienta en el pensamiento individual y colectivo la idea de que solo el alumno que consigue un abanico muy amplio de aprendizajes y destrezas escolares es el que puede titular y puede seguir cursando estudios postobligatorios. Solo ese alumno puede volar sin temor a ser derribado.
También aquí es posible hacer un planteamiento distinto que tenga en cuenta a todos los alumnos: se trata de prestar atención a lo más importante: conocer los aprendizajes básicos e imprescindibles necesarios para poder desarrollar una vida plena, para poder volar. En vez de fijarnos en todos los contenidos que se asimilan a lo largo de la vida escolar del alumno medio que supera todos los filtros y obstáculos que el propio sistema educativo conlleva,  se trata de encontrar el conjunto de aprendizajes básicos e imprescindibles, difíciles de detectar, que deben conseguir todos los alumnos, para que todos los alumnos "puedan volar".
Es un enfoque muy sugerente y, sobre todo, inclusivo, ya que se propone que el esfuerzo se centre en que todos los alumnos despeguen y emprendan su propio vuelo, y no en que solo puedan volar los mejores. 
A nivel profesional se abren nuevas perspectivas y una nueva forma de ser docente: dedicar lo mejor de su tiempo y de sus energías a encontrar y definir los aprendizajes que están en la base de todos los demás y deben conseguir cada alumno en un momento y en una secuencia determinada.
Porque todos pueden volar.

Imagen del blog Mantenlo simple





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9 comentarios:

  1. Qué reflexión más oportuna... Ahora mismo estoy trastocado tratando de comprender un planteamiento que me parece muy, muy certero

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    1. Gracias por el comentario. Sería muy interesante conocer a dónde te llevan tus reflexiones: siempre serán bienvenidas aquí. Un saludo.

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  2. Gracias por dar esas pistas para que la reflexión continúe.
    Y que tod@s puedan volar!

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  3. Es fundamental, me identifico con esa forma de enseñar y lo más hermoso es que aprenderán a volar y no será nuestro vuelo.

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  4. Por desgracia los recortes harán que estos alumnos que necesitan una atención más individualizadas, tengan sus alas cortadas.Gracias Antonio por compartir esta reflexión.

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  5. Muchas gracias, María por tu comentario. Un saludo.

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