Con esta reflexión damos continuidad a la entrada anterior, "Cómo implantar la LOMLOE en precario, sin morir en el intento". Aquí se reproduce el proceso que hemos seguido, a lo largo de un año, para situarnos ante el nuevo currículo y para elaborar nuestra propuesta.
En primer lugar, enfrentarse a un nuevo currículo supone haber encontrado respuestas a algunas preguntas previas.
Preguntas previas
- ¿Cuáles son los elementos del currículo?
- ¿Cómo se relacionen esos elementos y cuál de ellos es el punto de partida para elaborar las programaciones didácticas?
- ¿Cómo se entiende y se incorpora la evaluación en el nuevo currículo?
- ¿Qué modelos, orientaciones e instrumentos ejemplifican o concretan el nuevo currículo y están a disposición de los docentes?
Estas son las cuestiones más cercanas a la realidad del docente. Hay otras, de mayor calado, que considero imprescindibles y que no caben en esta entrada, referidas a los motivos por los que se hace la nueva ley de educación y lo que se pretende conseguir.
El profesorado necesita respuestas urgentes a las cuatro cuestiones que señalamos para poder situarse, con un mínimo de profesionalidad, ante el nuevo currículo que tienen que aplicar al inicio del nuevo curso escolar; si no es así, se producirá una situación difícil de entender y de gestionar: ¡docentes aplicando un currículo que no conocen!.
Las programaciones didácticas
A partir de eso será posible que cada docente elabore las programaciones didácticas, y, para ello, relacionará los distintos elementos del currículo de una forma concreta; por eso, cada programación didáctica refleja el pensamiento y las ideas del autor sobre el currículo y el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Hay una tendencia muy consolidada de sustentar el curriculo sobre los contenidos que se imparten. Como si estuviese grabado a fuego, está muy arraigada la idea de que el aprendizaje se produce cuando el docente "explica" los contenidos y consigue que los alumnos los "reproduzcan" con la máxima fidelidad en alguna prueba escrita.
La LOMLOE pretende cambiar ese enfoque y situar a las competencias en el centro de la programación; para ello, a los contenidos les asigna un papel subordinado e instrumental. Es decir, los contenidos se utilizarán para conseguir un aprendizaje competencial, lo cual supone que el aprendiz es capaz de modificar su conducta o su forma de actuar a partir de unos saberes básicos en un contexto determinado. Así pues, en el aprendizaje competencial hay tres aspectos presentes: una forma nueva de actuar, un contenido o saber básico y un contexto; siendo el primero de ellos el más importante. Por eso, los contenidos están supeditados a la actuación que se espera conseguir en el alumno.
Una propuesta a través de una herramienta digital
Mi respuesta a las preguntas previas que se formulaban al inicio de esta entrada se encuentra en las herramientas que ponemos a disposición de los centros para elaborar las programaciones didácticas y que se publicarán en este blog a lo largo de la próxima semana. Allí se refleja mi forma de entender el proceso de enseñanza-aprendizaje y la jerarquía que se establece entre los elementos del currículo. Creo que esa es la mejor forma de explicarme, (a través de una propuesta concreta), sin tener que extenderme en una justificación teórica que no tiene cabida aquí. De todas formas, cualquier duda, sugerencia, discrepancia... puede exponerse en el apartado de comentarios de esta entrada.
Cada herramienta incorpora todos los elementos del currículo: perfil de salida (que integra las competencias clave y los descriptores operativos), las competencias específicas, los criterios de evaluación, los saberes básicos y la situación de aprendizaje. Además, pensamos que es interesante añadir dos elementos: los instrumentos de evaluación y indicadores de logro para desglosar cada criterio de evaluación
Con esos elementos hemos elaborado nuestra propuesta de la siguiente forma:
1º.- Para cada unidad de programación se selecciona la competencia específica y el criterio de evaluación que se pretende conseguir. Este criterio de evaluación será el elemento compentenciales que se toma como base o punto de partida para diseñar una unidad de programación. En algunos casos se pueden coger dos criterios de evaluación como punto de partida de la unidad.
2º.- Cada criterio de evaluación se desglosa en un número variable de indicadores de logro.
3º.- La evaluación se centra en los indicadores de logro y a partir de eso se facilita información sobre el perfil de salida: las competencias clave y los descriptores operativos.
Además, la herramienta tiene las siguientes características:
- Es digital, en una hoja de cálculo, para favorecer el acceso y la actualización.
- Es compartida entre todos los docentes que imparten el mismo nivel (en Primaria) o pertenecen al mismo departamento (en Secundaria). Con ello se facilita la coordinación y la eficacia: cada docente es referencia para el resto.
- Incorpora las medidas de atención a la diversidad de forma inclusiva, potenciando que todos los alumnos consigan los indicadores de logro que se establezcan como básicos.
En los próximos días se publicarán en este blog las herramientas que facilitan la elaboración de las programaciones didácticas de Educación Infantil, de Educación Primaria, de la ESO y de Bachillerato. Estas herramientas facilitarán, como decía más arriba, el conocimiento y la relación de los distintos elementos del currículo.
Imagen de Pixabay
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